Sin duda se trata del fragmento más brillante, emotivo y memorable de "Up", uno de los mayores triunfos artísticos de Pixar. Para Javier Bardem, la mejor secuencia del cine de los últimos años.
Su mayor valor reside en la capacidad para contar toda una vida, con sus esperanzas, sus miserias y sus matices (la familia de ella y la familia de él), sin usar una sola palabra. Los juegos visuales (las nubes y los bebés), las elipsis (el tarro con las monedas y las corbatas) y los sobreentendidos (la escena en la consulta del médico, Elly en el jardín con el pelo ondeando al viento, Carl solo en la capilla y luego volviendo a casa) cargan con todo el peso narrativo.
Las vivencias de este matrimonio pasan ante nuestros ojos casi siempre de perfil o de frente, como si el conjunto fuese un retablo de las escenas más importantes de sus vidas.
Los elegantes y precisos movimientos de cámara (travelling horizontales para cambiar de escena) y las notables transiciones (del ruido del flash al ruido del globo estallando, del cielo con nubes al cielo pintado en el cuarto) refuerzan la fluidez y la unidad de la secuencia. Y qué decir de la fabulosa banda sonora (por cierto: sospechosamente parecida a la de "Mejor imposible") de Michael Giachino.
Una delicatessen cinematográfica de primera categoría.
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